La terapia de familia es un modelo de psicoterapia que responde de manera eficaz a la resolución de conflictos dentro de un núcleo familiar, ante problemas de relación en su seno o también con la aparición de síntomas psicopatológicos en uno o más de sus miembros.
Los conflictos o situaciones problemáticas instalados en la familia (entendiendo que existen diversos tipos de familias), pueden cronificarse con consecuencias de elevada gravedad para todos o algún miembro de la misma.
Compartir experiencias comunes, buscar pautas más efectivas de interacción padres-hijos y marido-mujer, mejorar la comunicación, preservar el espacio de la pareja, son algunos de los aspectos que habitualmente quedan afectados y que requieren de un trabajo especializado para su reorganización.
Nuestra intervención la basamos en la doble suposición de que los trastornos del sistema familiar pueden ser causa y/o efecto de la sintomatología individual, a través de un trabajo personal y de re-construcción de la historia familiar, podemos saber que “falló”, que elementos convergieron en el origen del conflicto para que en “el aquí y ahora” se manifieste tal y como “la familia” percibe la realidad.
Este trabajo entre nosotros y “la familia” permite diagnosticar los núcleos patógenos y sus posibilidades de cambio.
La intervención la basamos en el siguiente procedimiento:
Creación de expectativas para el cambio en la familia.
Evaluación e identificación de factores problemáticos o desadaptativos, así como los valores y el tipo de lenguaje de la familia.
La terapia avanza con la creación de un contexto para el cambio, teniendo en cuenta aquellas variables que pueden afectar a este.
Se emplean las técnicas de modificación conductual necesarias para que el cambio se produzca. El análisis funcional de la conducta de cada miembro de la familia es necesario para particularizar su aplicación a cada familia concreta.